Jardín Delicias
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Información General

El territorio en el Oriente Antioqueño se convierte en la principal razón para el recrudecimiento del conflicto armado y el surgimiento de nuevos conflicto socio-ambientales, debido a que en esta zona están ubicadas las principales hidroeléctricas del país, produciendo la tercera parte de la energía de Colombia. El proyecto cosechas de paz tiene la intención de reconocer las dinámicas territoriales de esta parte del Oriente Antioqueño, en donde históricamente las lógicas extractivistas de las políticas del desarrollo han sido una de las principales causas del conflicto armado y de la emergencia de la maquinaria de guerra que ha querido manipular e invisibilizar las subjetividades campesinas y agrodescendientes. En lo anterior radica la importancia de fortalecer los procesos de construcción de paz en este territorio promoviendo la autonomía económica y agrícola de las comunidades, la noción de bienestar entendida como la libertad para llevar un buen vivir  que valora las condiciones de vida como un conjunto de funciones e interrelaciones entre la vida humana y la vida natural, considerando así el bienestar como la bondad de la vida en un equilibrio entre economía y ética (Cejudo, 2007, p. 14).

Territorio

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Afiche

CARTOGRAFÍA

Cartografía social: Huerta Comunitaria El Jardín de las delicias Marinilla Antioquia



Entorno

Entradas

Componentes

Salidas


1.Agua

2.Suelo


3.Biodiversidad productiva

4.Biodiversidad Funcional

5.Biodiversidad Nociva

6.Bioviversidad Auxiliar


Caserío

Abonos

Maní

Abejas

Grillos

Borrachero para sombra

Yacón


Calles

Conocimiento

Arracacha

Barranquero

Pasto kikuyo

Barrera viva

Amaranto


Quebrada

Herramientas de trabajo

Yacón

Mariposas

Áfidos

Eucalipto: nido aves

Ají


zonas deportivas

Semillas

Yerbabuena

Mirla

Polillas

Compos

Penca


Zona boscosa

Plantas

Amaranto

Guayabo

Palomilla blanca

Materia orgánica de bovinos y equinos

Perejil


Humedal

Bocachi

Frijol guandul

Lombriz

Antracnosis


Conocimiento



Gallinaza

Ají

Cien piez

Oídium






Penca

Hormigas

Gusano papilio spp






Perejil








Maíz








Ahuyama








Estrategias trabajadas en huerta que garantizan los principios agroecológicos





Siembra en espiral, cosecha de aguas, asociación de especies, reciclaje de nutrientes, cobertura vegetal











Saberes y aprendizajes

Luzma: yo siempre he sido una mujer muy inquieta por la naturaleza, me ha gustado mucho, he sido muy consciente de su importancia, de su sentir, la veo siempre como un ser vivo, entonces desde ahí, reconociendo que mi abuelo es campesino, mi mamá también, uno va llegando a los espacios y yo llegué acá justo ese 21 de diciembre con esa invitación a la fiesta del sol para generar esta huerta, me involucré (...) creo que la influencia más grande es la posibilidad que me ha permitido conocer personas, procesos, participar de espacios como cuando vinieron los nasa del proceso de liberación de la madre tierra en Medellín, entonces me ha generado un montón de experiencias, de conocer y aprender la importancia que tiene el cultivar, que de una semilla nacen un montón de frutos, que es importante cuidar esa semilla nativa y no seguir reproduciendo esas prácticas que nos imponen desde la agricultura clásica que es puro abono o matamaleza, también he tenido un aprendizaje muy lindo que no todo es maleza, es un mal llamado, hay plantas que llamamos buenezas y que aporten nutrientes a la tierra, personalmente ha sido muy bacano yo vengo constantemente a este espacio porque me gusta venir respirar, parcharme, verlas crecer sembrar la semilla y ver cómo germina y va creciendo es una experiencia bastante bonita de reconocer eso, de compartir mi energía con la energía de la tierra.

Chibchacum:     toda mi familia es campesina, hemos vivido la tragedia del desplazamiento económico, al ver la imposibilidad de mi familia tener una vida digna en el campo, desde que estaba muy pequeño nos vinimos a la ciudad y progresivamente los abuelos fueron vendiendo la tierra, luego la parcelaron, se acabó ese arraigo, de alguna forma yo sentí la necesidad del campo, toda mi infancia la viví allí, sacando zanahoria, corriendo detrás del abuelo, de las vacas, ayudando a desgranar el frijol y el maíz, por querer en cierta forma conservar esa pequeña patria de la infancia ha sido esa motivación de volver a la tierra. En ese andar yo me contacté con una asociación a la que pertenece una tía mía, Asocampo, primera iniciativa acá de comercialización de productos agroecológicos, desde ese conexión empecé a conocer personas, conocí a un amigo que ha hecho un trabajo muy importante acá en Marinilla, Mamián, con él me volví a conectar con la agricultura con otra perspectiva, nada de veneno (...) yo camellé en un invernadero donde se sacaba habichuela y tomate con prácticas convencionales, yo veía que no era lo correcto porque desde la universidad he tenido esa concienca de esas dos agriculturas en disputa y estar precisamente camellando en un invernadero y vivir en esas condiciones camellando todo el día con ese calor oliendo a veneno por todas partes, a partir de ahí empecé a sentir eso como un asunto necesario, al menos desde lo que uno hace eliminar esas relaciones tóxicas con la agricultura, ahí fue que conocí a Mamián, que era todo lo contrario a esas prácticas como pensar ese tema de la biodinámica que es algo muy valiosa como que la tierra te responde las preguntas que necesitas aclarar porque a veces se plantea la agroecología como un saber muy específico de una composición química del suelo que también son importantes, pero aprendí mucho de eso, si usted quiere entender un problema dentro de la agricultura, de plagas, de producción, del manejo del suelo, la forma de conectarse con la agroecología es observar atentamente lo que pasa y pensarse que la agroecología no es solo un tema de producción sino que es también que llegue el polinizador que pase el armadillo por la quebrada, siempre quise conectarme desde ese punto de vista porque la verdad nunca he querido ser un agricultor productor, nunca he tenido la posibilidad, siempre ha sido aprender desde el conocimiento y la observación lo que me conectó con la agroecología y de alguna forma lo que hicimos con este espacio fue aplicar esos conocimientos y ya luego cuando legaron otras manos, otras energías los empezamos a tejer acá en esta huerta, de hecho Mamián nos ayudó a montar acá la primera vez (...) Mamián nos ayudó mucho en esos acercamientos iniciales, además porque tiene una historia muy bonita, el papá de él es del Cauca, de raíz indígena, aunque ya casi no conserva su estilo, y trajo muchas semillas de allá, don Mamián es entregado a la tierra, uno lo ve desde temprano arriando vacas, sembrando, le gusta mucho la papa, ese es el detalle bonito que a pesar de que perdió su lengua originaria y más cosas conserva el acervo genético en las semillas que trajo del Cauca, allá hay unas coleccione sde papa que yo nunca había conocido, ellos son unos papicultores muy conscientes, tiene una diversidad de semillas muy grande, papa peruana, mambera, primavera (...) esta huerta ha girado en torno a las semillas, ese ha sido el interés del espacio por su variedad, cuando se empezó se tiró de todo nunca se pensó en un monocultivo, ni siquiera en una milpa pa que se llenara de diversos tipos de vida, creo que por eso también se llama el jardín de las delicias porque la vida se estalla acá y crece a su ritmo, tenemos un tema de cultivo forestal, de tratar de recuperar un bosque en un cañito que está al lado de la huerta.   

Chibchacum:     algunos de los integrantes de esta huerta tuvimos la posibilidad de estar en el Cauca en un ritual mayor el Saakhelu, el inicio del calendario Nasa, el caminar del sol y la luna, caímos el Sr. Wil, Cachama, con el grupo de estudios decoloniales de Medellín, que ha sido un proceso amigo que nos ha acompañado durante todo el proceso de la huerta y el semillero del buen vivir, Santiago, el flaco, el Nasahuala (?), fue un aprendizaje muy bacano, la necesidad de armonizar todo, el saakhelu es un ritual para el despertar de las semillas entonces se la llama para que ella se instale en la tierra y crezca, invocar esa presencia viva, muchas veces hay una vuelta muy antropocéntrica en la agricultura y se habla de producción como que tiro una semilla y produce comida pa mí y punto, o los que hablan de servicios ecosistémicos, como si la tierra tuviera la obligación de servirnos, en el Cauca sentíamos que escuche la semilla, ella habla, el agua habla, la tierra habla y no lo hace en sentido metafórico, sino que hay que tener una escucha atenta al respecto, la experiencia del Cauca fortaleció mucho ese sentir de que estamos haciendo una comunicación con la tierra, de que no solo estamos aprovechándonos de ella sino que estamos intentando entenderla, escucharla y que eso también le ha dado mucha fuerza a los procesos, de hecho muchas semillas que hay acá son traídas del Cauca como por ejemplo la arveja, el maíz capio, papa, arracacha, yuca y hemos sentido esa gratitud, no la sentimos solo como experiencia de viaje sino como algo que nos cambió la vida, nos enseñó a ver la agroecología de otra manera, a pesar de que en el Cauca hay muchas dificultades para la implementación de la agroecología, sentimos que esa dimensión espiritual es una cosa muy importante, allá sentimos la profundidad de eso, por ejemplo allá nos contaban que se siembran tres granos de maíz, para otro, para el animal que está pasando, para los polinizadores, por poner un paralelo sí teníamos cierta espiritualidad pero adquirió profundidad con el Cauca: acá hay una tradición de que se siembran tres granos de maíz porque es la santísima trinidad, pero en el Cauca nos decían, se siembra para los animales, para la comunidad y para la familia, ese es el símil de nuestros granos, la complejidad natural y cultural de nuestros granos, eso nos ha inspirado mucho en este caminar, en esta espiral.

VIDEO HUERTA

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